En tu profundidad no oigo, en inmensidad me pierdo... cuando vienes a mi noche,
en tu mar de lágrimas navego vagabundo hacia tus ojos azules, obsesionado en tu soledad,
en ese mar me inundo como así de deseo, de sentirte mi fuego,
como caído del cielo, tu gota colma mi amor sediento de tu existir,
ansias del éxtasis de tu ternura me ahogan y me llevan a casi morir,
y el frío de tu distancia me desgarra la piel, eterno amante de tus caricias.
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